top of page

Ese don de autodestrucción

Nada nos mata más que nuestros propios pensamientos. Nos hacemos ideas de algo que no ha pasado, pensamos en aquello que fue y deseamos poder hacer las cosas diferentes. Nos imaginamos situaciones que nos dan falsas esperanzas o construimos escenarios que nos destruyen de tan solo pensarlos. Dicen que una mente ocupada no extraña, no sufre porque se concentra en todo lo demás y deja a un lado eso que nos está matando. Quien diría que no hay poder más grande que nuestros pensamientos, nada ni nadie nos puede destruir tanto como ellos. Ojala fuera fácil ¿no? Eso de dejar de pensar, eso de mantener los recuerdos intactos, sin dolor. Eso de abandonar todas esas ideas que tan solo nos aniquilan, que nos dejan sin paz, que hacen todo más difícil y que nos enloquecen, tanto que dejamos de ver lo que realmente está pasando. Ojalá fuera sencillo, ojalá dejáramos de tener ese don de autodestrucción.


bottom of page