El último...

Y lo siento pero hoy dudo de todo lo que algún día dijiste. Para mí hace tiempo que el hombre del que me enamoré perdidamente dejó de existir. Te veo y lo que algún día fuiste, has dejado de serlo. Me alegra saber que ya no afectas mis días, me alegra que mi atención esté enfocada en otros. Definitivamente el tiempo ha sido de gran ayuda y te agradezco que me hayas lastimado tanto porque al final de cuentas lo hiciste todo más fácil. Gracias por enseñarme eso que solo yo entiendo. Gracias por haberte ido en el momento perfecto. Hoy veo claramente cosas que hace unos meses me cegaban. Hoy agradezco el no estar más a tu lado, no lo mal entiendas, no te odio ni mucho menos. Nunca cambiaría el tiempo que pasé contigo, no me arrepiento de haberme entregado por completo pero hoy sé con seguridad que has dejado de ser lo que quiero. No tengo prisa y no planeo forzar las cosas porque quien tenga que llegar, llegará. He decidió que la única persona capaz de convertir mis días en algo mejor es esa que veo diariamente frente al espejo. Comprendí que solo YO decido lo que puede hacerme feliz y lo que no, que solo yo tengo el poder de convertir los malos ratos en fuente de inspiración.