top of page

Mi peor juez....

¿Cómo esperan que de un día para otro los estereotipos que nos impusieron durante años desaparezcan?


Y es que es fácil observarlo en los demás, es fácil ver a otros mantenerse firmes a su amor propio y atreverse a dejar a un lado las críticas.


Admiración a quienes, sin importar el cómo y el porqué, se aceptan y se aman tal como son.


Para mí, no suele ser sencillo, al extremo que yo misma he sido mi peor juez.


La autocrítica es dura y en otras ocasiones muy cruel. Me exijo un cuerpo perfecto, una vida de ensueño, una felicidad incomparable y en esa lucha constante de ser y tener todo aquello que se supone, me pierdo.


Me he inyectado un miedo gigantesco a equivocarme, a ser juzgada, a decepcionar y a decepcionarme. He alimentado ideas en mi cabeza que sólo me estancan y me hunden como anclas; hasta el fondo.


Y es por eso que día a día lucho por vivir y hacer lo que me gusta, intentando dejar atrás lo que digan los demás.


Es por eso que diariamente me repito que debo dejar de ser tan dura conmigo misma, que mi vida no tiene que depender de aquello que otros esperan de mí y que mi amor propio debe ir por encima de todo aquello que me impida disfrutar de lo que soy.


Debo de comenzar a ser el verdugo de mis miedos y a darle tiempo al tiempo, porque al parecer, amarnos a nosotros mismos se ha convertido en nuestra mayor lucha, cuando debería ser algo simplemente natural.



bottom of page