Ser más, ser menos...

Pensar, creer y sentir que no fuimos o que no somos suficientes, que quizás las cosas hubieran sido distintas si hubiéramos hecho más o si hubiéramos hecho menos. Que tal vez el error fuimos nosotros, que aquellos que se fueron hubieran dado todo por quedarse si hubiéramos sido lo que tanto buscaban.

Sentir que el error fue nuestro, que haber sido nosotros mismos “no bastó” es la forma más sencilla de autodestrucción.

Qué error tan grande el sentir que ser lo que somos nunca es suficiente, qué tontería es creer que tenemos que cambiar para conseguir que alguien quiera quedarse.

Menospreciarnos será siempre la traición más grande, desconfiar de nosotros mismos y de lo que valemos sólo nos hundirá. Nos sentiremos perdidos si vamos por la vida creyendo que tenemos que cambiar sólo para hacer feliz a alguien más.

Quien quiera estar estará aún a pesar de las imperfecciones, aún a pesar de las adversidades. La persona correcta admirará por completo lo que somos y luchará por congeniar aún a pesar de las diferencias.

Somos y siempre seremos suficientes, porque nuestra esencia siempre será única, porque merecemos a quien sepa apreciarlo y no a quien quiera cambiarlo.