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Mentiras.

Me negaba a escribirte, a pensarte, me negaba a aceptar que me dolieron en el alma tus mentiras. Hoy más que nunca ha sido espantoso fingir que todo está bien, aceptar que todas tus palabras fueron una cortina de humo, un humo que me subió por los cielos y en cuestión de segundos me hundió como nunca antes algo lo había hecho. Me negaba a llorarte, a aceptar que me hiciste mal y que tu felicidad no me era indiferente. Por momentos agradecí en el alma tu partida porque un ser humano como tú no debía formar parte de mi vida, pero cómo negar que por instantes sólo añoraba volver a tener todo eso que me hizo ilusionarme, volver a creer, el sentir por primera vez que no necesitaba ser más, que el destino lo había hecho excelente.


Duele pensarte, duelen los recuerdos, duele la historia.


Fuiste mi mejor cuento y mi peor pesadilla por contar. Fuiste mi esperanza y mi destrucción. Fuiste mi más hermosa verdad y la más espantosa de las mentiras.



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