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Ver llover

Un domingo distinto a los demás, una nostalgia excesiva, una soledad que tenía tiempo sin experimentar. El cielo describía por completo mi crisis emocional. El sol brillaba a lo alto mientras se desprendían fuertemente las gotas de lluvia. Que ironía, ver llover mientras el sol resplandece. Quizás sería la forma más sencilla de describirme, quizás sea la forma más real de hacerlo.


He luchado durante años por tener una sonrisa en la cara, aun a pesar de sentir que no hay motivos para hacerlo, me he derrumbado con la intención de no ahogarme, lo he hecho para poder sacar todo aquello que me sofoca. Brillar por fuera aun sabiendo que algo por dentro se está deshaciendo. Ser fuerte porque si no lo eres el mundo se te viene abajo por completo.


El cielo esa tarde me lo explicó todo. Me hizo ver que habrá cosas que no tengan coherencia, que carezcan de sentido; que un cielo nublado no significa lluvia y que en un día soleado se puede presentar una tormenta. Que encontraré belleza en la tragedia, así como las nubes llenas de agua pueden embellecer por completo un atardecer. Me hizo ver que puedo brillar por fuera y permitirme llorar por dentro sólo si después de hacerlo mantengo un clima agradable. Que no hay razón para negar lo que sentimos, para reprimir eso que si se queda adentro sólo nos destruirá. Entendí que solo con un poco de agua los cerros reverdecen, que los arboles crecen al ser regados y que para lograrlo hay que dejar los días soleados por nubes grises, la calma por un poco de tempestad.



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