top of page

Con palabras.

Hay momentos donde el alma se desgarra, donde todo pierde sentido, donde ya no te emociona nada. Momentos de una frustración inexplicable, una tristeza excesiva, una confusión insaciable. Ansiedad, coraje, llanto e impotencia. Querer ver la luz y encontrar una interminable obscuridad. Desilusión, desánimos, miedo y desconcierto. Basta que todo por dentro se desborde para que todo por fuera comience a fallar. Basta no haberle dado una respuesta a preguntas pasadas para que lo que hoy estaba claro comience a ponerse en duda. Ponerle nombre a aquello que desgarra el alma pareciera más un acto masoquista que un intento por salvarla.



bottom of page